Grupo Espírita María de Nazaret |
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Aprendizaje – Octubre 2009 (Mauricio, hoy, se encuentra en el plano espiritual) Una de las grandes interrogantes en mi vida siempre fue el saber para qué estábamos en este Universo, donde todo es perfecto y funciona así (salvo graciosamente cuando el hombre interviene), alguna razón de ser tendría que tener mi existencia y la de cada uno de nosotros. Efectivamente somos los hombres como habitantes de este planeta los imperfectos, que venimos a aprender en él y en la medida que vamos creciendo en inteligencia y moralidad (ambos de la mano) logramos mejorar como personas y respetar el medio que nos rodea. A pesar de que mi búsqueda empezó desde muy pequeño tuvieron que pasar muchos años, llegando exactamente a mis 35 años de vida para volver a replantearme mi existencia y darme cuenta de muchos errores y empezar nuevamente, claro que no fue un acto voluntario. A fines de Diciembre de 2006, tuve que visitar al doctor porque en mi cuello había aparecido una pelota que empezó a crecer. Partió como algo pequeño y que en un par de meses (que fue lo que me demoré en ir a visitar a un doctor) había crecido hasta el tamaño de una pelota de tenis. Me resistía en ir al doctor, ya que, siempre fui una persona muy sana que con un par de aspirinas al año tenía suficiente. Como resultado de algunos exámenes el día 02 de Enero de 2007 se me diagnosticó cáncer, exactamente una cáncer que ataca los ganglios que técnicamente se denomina Linfoma. Cuando a uno le dicen “tiene cáncer” y que sus probabilidades de superarlo son “50 y 50”, la mente se nubla y empieza todo un proceso que hoy entiendo que es natural y que es el de rebelarse. Mi primera reacción fue no querer hablar con nadie, quería entender porque me pasaba a mí esta situación, que había hecho yo de malo para recibir este castigo (con el tiempo descubrí que este era mi primer error y que no estaba siendo castigado). La segunda fase fue la de pensar en todas las cosas que no había hecho. Hoy en día mirando desde afuera mi vida y la del resto me doy cuenta que el vivir en sociedad tiene sus pro y sus contras y que a pesar de que siempre fui reacio a las masas, ya que, muchas veces perdemos nuestra “identidad” fui aceptando muchas situaciones para no ser discriminado y quedar afuera, cosa que hoy no me importa, hoy aprovecho lo mejor de vivir en sociedad, pero sin tranzar mi libertad que es lo que me permite ser feliz, soy libre de pensar, creer, crear, vivir, etc. Todo lo anterior se traduce en una frase que encontré en un email y que dice “La Libertad es ser quién soy… no lo que los demás desean”. Hoy me doy cuenta que dejé de hacer miles de cosas por cumplirle a los demás, pero terminé enfermo por no cumplirme a mí mismo. Me estresé trabajando, en vez de trabajar disfrutando, corría el día entero sin mirar si había un día de sol, si había una bella lluvia, si los árboles estaban floreciendo, había entrado en una rutina donde en vez de ver ese lindo día de sol sólo alegaba por el calor que haría, en vez de disfrutar los árboles que estaban floreciendo alegaba porque ya empezarían mis alergias, etc. Descubrí que al estar traicionando a mi ser interno no era feliz, al no ser feliz no disfrutaba la vida, al no disfrutar la vida se me hacía todo más difícil, al ser todo más difícil me agotaba y al agotarme y mi vida no tener una razón de ser más que la de generar ingresos para mantener mi familia me fui secando y terminé enfermo. Finalmente descubrí que yo fui el causante de mi enfermedad, SI, no existe un Dios castigador. Eso fue otra de las cosas que descubrí, qué culpa tiene Dios, para mi ninguna culpa. Nosotros sembramos y luego cosechamos, pero es más fácil echarle la culpa a alguien que aceptar que nos equivocamos. Es simple, mientras no me traicioné a mí mismo fui una persona sana, bastó que dejara de pensar positivo, de disfrutar de estar física y mentalmente sano para terminar enfermo. Yo acepto que fui el causante de lo que me sucedió. Hoy en día existen estudios que avalan que todos generamos un porcentaje de células malas que podrían generar un cáncer, pero si estamos bien física y mentalmente nuestro sistema inmunológico es capaz de eliminarlas. Si me preguntan cómo estaba yo en ese período, la verdad es que estaba pésimo, con una tristeza interior, una gran depresión de esas en las que uno se sienta en la cama y llora solo. Como ven, mi enfermedad fue el resultado de mi propia siembra, claro que me costó bastante llegar a entender todo esto, porque salir de un estado de negatividad y empezar a pensar positivo no fue fácil. Al final de enfermedad me curé no sólo de cuerpo, también me curé de alma. El proceso no fue fácil, tocar fondo no es fácil. De partida mi umbral del dolor era bajísimo y entendí que hay procesos físicos y del alma muy dolorosos, pasé por ambos. En su minuto no entendía por qué tenía que sucederme todo esto, porque si ya aceptaba estar enfermo seguía sufriendo. ¿Por qué seguían apareciendo otras dolencias y enfermedades a causa de mi baja en las defensas, no era ya suficiente lo que estaba viviendo? Hoy entiendo que todo pasa por algo, que cada experiencia nos marca y que lamentablemente para crecer debemos pasar por cosas duras. Luego de casi 6 meses de quimioterapia, el doctor me dio de alta, había superado el tratamiento hospitalario de muy buena manera. Hoy recuerdo que el proceso fue muy duro e invasivo, que se me hizo eterno, pero que cada vez que lo recuerdo me doy cuenta que fue gracias a ese duro proceso que pude frenar una rueda que me estaba aplastando y que solo no hubiese podido detener. Algo que debo reconocer que fue mi mayor motivación y que me hizo tomar una actitud positiva a pesar de todo fue mi hija Trinidad. Ella me dio grandes lecciones de vida en ese período a pesar de que aún no cumplía los 3 años de edad. Recuerdo que todos los días me llamaba a la clínica, pedía al adulto que estuviese con ella que la comunicaran con su papi. Lo valorable de esto es que hasta hace muy poco (ya tiene 5 años) detestaba hablar por teléfono. A esa edad el dialogo no es muy fluido y menos si detestaba hablar ella por teléfono, así que nuestra comunicación era a través de canciones, ella me cantaba “estrellita dónde estás” y yo le cantaba la canción de la serie Remi “Tun Tun tun tun caminar”. Esto ya era suficiente para superar cualquier situación y querer sanarse. Mi segunda gran sorpresa fue un día que pude ir a la casa después de 6 días de quimios antes de empezar la siguiente la siguiente. Trinidad se me acerca chupando su chupete y me dice que ella ya es grande. Yo le digo, has visto algún grande que use chupete… Me queda mirando y me dice que no. Para ella su chupete era su gran vicio. A los pocos días volví a la clínica y una tarde me llama y me dice que ella ya no usaba chupete. Mi mamá me contó que ella se le había acercado, que le había dicho que quería que el papi volviera pronto a la casa que no usaría más el chupe y que se lo había, entregado. Desde ese día nunca más usó chupete. Pero mi sorpresa no terminó ahí. Ella me veía peladito y me pedía que le explicara que me pasaba, yo le decía que el papi estaba enfermito, pero que pronto se sanaría. Que apenas al papi le creciera el pelo significaría que ya se había mejorado. Fue después de eso que hizo su otra muestra consiente de cariño. Ella quería demostrarle al papi que era grande y pidió no usar más pañales. Como estaba justo en la edad de sacarle los pañales así se hizo y nunca más se hizo. Todo lo anterior me hizo tener siempre una actitud positiva ante la vida que conservo hasta hoy en día. Mientras camine y respire puedo seguir adelante. Cada día desde que se me informó que las quimios se acababan es un día de regalo, que si no hubiese superado la enfermedad no podría disfrutar. Es por ello que a veces la gente no entiende y cree que vivo en otro mundo, que evado la realidad y la verdad creo que estoy más consiente que nunca que estoy vivo, doy gracias cada mañana por tener un día más y trato de disfrutarlo al máximo, porque no tengo que volver a pasar por una experiencia dura para disfrutar la vida. El hoy lo vivo hoy y no a futuro y tampoco me quedo en el pasado. Cuando digo que los problemas no existen, la gente me mira y se ríe. Yo decidí reemplazar los problemas por “situaciones a resolver” que son las que nos hacen crecer y que si las enfrentamos y aprendemos de ella no tienen el peso o la energía negativa que le damos a los problemas. Una cosa que me advirtió el doctor era que en muchos casos, sobre todo en los linfomas que son muy agresivos, la mayor tasa de recaída era antes del año, que a los 3 años uno podría considerarse casi sano y que después del quinto año ya se consideraba absolutamente sano. En ese mismo momento comprendí que dependía de mi actitud frente a la vida si recaería o no. Entendí que la gente que recaía era porque no lograba superar o cambiar las situaciones internas que habían generado finalmente este estado y esta enfermedad. A pesar que a los 2 meses de sanarme me separé y que no fue un proceso simple, donde tuve que reorganizar mi vida, mi negocio, buscar donde vivir y todas esas cosas agotadoras que sucedieron pude entender que todo por muy malo que parezca sucede por algo y para mejor. Hoy soy yo, soy feliz y he hecho conciencia del maravilloso regalo recibido. Hoy siembro positivo porque quiero cosechar bueno. Hoy miro a mi alrededor y si logro recibir una sonrisa de vuelta se me alegra el corazón. Gracias a todos, ya que, cada uno ha aportado en mi vida de una u otra forma. Lo único que les puedo decir es que, disfruten la vida, sobre todo las cosas simples de la vida, esas no tienen costo y enriquecen el alma. ¡Sonreír es gratis!
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Grupo Espírita María de Nazaret Los militares 4344, oficina 32 - Las Condes - Santiago - Chile (Metro Escuela Militar) 09 923 5261 - info@mariadenazaret.cl |